Pueblo pesquero donde los haya, pudimos aparcar en pleno puerto, donde la "chavaleria" se estaba tomandounos potes. Después de hidratarnos nos dimos un paseo por el puerto, para tirar unas fotos.
Entre las fotos, una muy curiosa y a la que le he cogido cierto cariño, un joven magreví sentado en los enormes cubos de piedra que protegen la bocana del puerto, allí sentado, mirando al mar. Quizá añorando tierras lejanas.
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